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miércoles, 21 de julio de 2021

El panhispanismo: la ideología mítica de la RAE

Poco antes de entrar en el siglo XXI, la RAE actualizó su lema, debido, en apariencia, a un cambio en su enfoque principal y en sus motivaciones. Se pasó, entonces, del mítico <<Limpia, fija y da esplendor>> al moderno <<Unifica, limpia y fija>>. Ahora bien, ¿qué motivaciones subyacen detrás de estos tres verbos? Juan Carlos Moreno Cabrera, de manera tan lúcida como siempre, nos ofrece un pormenorizado análisis[1] de la ideología que hay detrás de la RAE del siglo XXI, que, en realidad, no ha variado demasiado con respecto a aquella bajo la que se fundó.

La interpretación moderna del lema apareció en el prólogo de la ortografía de 1999, junto con una explicación, según la cual, la RAE había modificado su objetivo principal:

<<La Real Academia Española ha elevado a la categoría de objetivo prioritario en los estatutos vigentes el de «velar porque los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico». Quiere esto decir que nuestro viejo lema fundacional, «limpia, fija y da esplendor», ha de leerse ahora, más cabalmente, como «unifica, limpia y fija» y que esa tarea la compartimos, en mutua colaboración, con las veintiuna Academias de la Lengua Española restantes, las de todos los países donde se habla español como lengua propia>>.

Además, según han afirmado desde entonces en distintas publicaciones, su cometido no es el de decirle a la gente cómo tiene que hablar. La norma, nos dicen en el Diccionario Panhispánico de Dudas de 2005, <<no es algo decidido y arbitrariamente impuesto desde arriba: lo que las Academias hacen es registrar el consenso de la comunidad de los hispanohablantes y declarar norma, en el sentido de regla, lo que estos han convertido en hábito de corrección, siguiendo los modelos de la escritura o del habla considerados cultos>>. Es decir, la institución  tan solo fija los usos lingüísticos de la gente. Pero al final del párrafo citado ya nos encontramos con un problema de origen ideológico: ¿quién convierte en hábito de corrección tales usos lingüísticos? Una élite culta. Esto significa que el modelo de buen hablar viene marcado por la clase dominante, pues esta es la que sabe hablar y escribir bien.

La RAE sigue un criterio subjetivo, basándose en la identificación mítica de la lengua natural con el estándar, que es una elaboración artificial. Así, etiqueta de incorrectos usos de la lengua natural, de los hablantes reales, que, en muchos casos son fruto del cambio lingüístico, un fenómeno también natural, mientras que toma como modelo de buen hablar usos minoritarios extendidos solo entre la élite dominante (precisamente un ejemplo que nos pone es la pronunciación esdrújula de la palabra francesa élite, que surge de interpretar el acento francés como si se tratara del castellano).

Por lo tanto, de sus propias palabras (pero no solo de estas) deducimos que es falso que hayan renunciado a su labor prescriptivista.

Otra de las incongruencias de la RAE la encontramos en su afirmación de tener en cuenta los usos del español de América, de tal manera que no solo se recogen en la ortografía, el diccionario, etc., sino que estas obras se elaboran junto con el resto de academias de la lengua española. Sin embargo, la RAE se sigue presentando como órgano rector de la ASALE, y no solo esto, sino que, además, continúa mostrando rasgos incuestionablemente mayoritarios entre el conjunto de hispanohablantes como una excepción a la norma, como es el llamado seseo frente a la distinción entre /θ/ y /s/. Tratan tal rasgo como si fuese una deformación de la distinción /θ/-/s/, cuando en realidad el origen de la diferencia es un fenómeno, una vez más, natural, cuya causa fueron las distintas soluciones que se dieron durante el reajuste fonológico del sistema de las sibilantes en los siglos XVI y XVIII, el cual también dio lugar al estigmatizado ceceo.

Es decir, hay una abrumadora mayoría de hablantes que pronuncian casa y caza con /s/ y otros dos grupos, mucho más reducidos, de los cuales uno pronuncia de manera distinta casa y caza y otro pronuncia ambas con /θ/. Habría que añadir que algunos lingüistas han propuesto ortografías en las que ambos fonemas estén representados tan solo por la grafía “s”, pero no digamos esto muy alto, no sea que sumamos en el espanto a los doctos académicos.

¿Qué ideología subyace tras estas decisiones? El panhispanismo, que Moreno Cabrera define en su glosario final como un tipo de nacionalismo lingüístico, según el cual <<la lengua española es el fundamento de una patria cultural común de más de cuatrocientos millones de personas>>. En los comienzos de esta ideología, se proponía a España como el eje central de la norma común, lo cual ha intentado ocultarse, poniendo como excusa términos lingüísticos totalmente tergiversados a propósito, como es el de koiné, cuyo significado real podéis leer aquí:

El mito en el que se basa el panhispanismo es el de la lengua común universal. Los apologetas del mismo afirman que es la manera de alcanzar una comunicación eficiente a través de la cual un gran número de hablantes pueda entenderse. Sin embargo, esto no es así y, por otro lado, hay mecanismos lingüísticos que sí que posibilitan la comunicación sin poner por ello en riesgo la supervivencia de otras lenguas. En la expansión del castellano como lengua común universal lo que hay es una decisión política y no un cambio lingüístico: <<Una lengua se hace hegemónica cuando es impuesta por alguien fuera de su ámbito natural>>. Para el nacionalismo lingüístico español, esta lengua es la única que sirve para la cohesión social (ya asoma aquí la idea de unidad), pues <<es la única lengua de entendimiento total o generalizado posible>>. Obviamente, detrás de esta afirmación solo hay ideas míticas, alejadas de lo que nos dice la ciencia lingüística.

Moreno Cabrera describe en su artículo dos posibles modelos de entendimiento en una comunidad:

1) Imponer una única forma de hablar para todos

2) Aprovechar proximidad de las formas para favorecer la intercomprensión: esta proximidad se da en las lenguas iberorromances, no así en el euskera, lo cual no impide que, con un mínimo de empeño, podamos llegar a entendernos los hablantes de lenguas iberorromances y los euskaldunes sin que el euskera sea minorizado.

Pues bien, el nacionalismo lingüístico español no solo se decanta por la primera opción, sino que, además, ha llevado a cabo -y continúa- una campaña de denigración del plurilingüismo, como si fuera el colmo de los males, una amenaza para la cohesión social, como si al hablar cada uno su lengua materna nos fuésemos a liar a cachiporrazos. Otra vez un mito, el de Babel, que nada tiene que ver con lo que nos muestra la lingüística.

Podríamos decir que el panhispanismo es la expresión transoceánica del nacionalismo lingüístico español (basado este en el imperialismo cultural), pues ya no solo es que haya que imponer el castellano a todo el territorio español, proyecto que, mal que les pese, nunca van a ver culminado, sino que, además, tienen que imponer la forma de hablar de la zona en la que se concentra el poder político al continente americano. Esa es la razón por la cual consideran la distinción /θ/-/s/ como la predominante, negando la realidad.

Esto sucede porque el Estado español no quiere perder el dominio sobre las antiguas colonias. La razón por la que lo hacen de manera encubierta es sencillamente la necesidad de no perder su autoridad:

<<Como sostiene del Valle, por otro lado, es necesario disociarse del colonialismo del pasado para que la docta institución pueda adquirir una legitimación cultural de fundamentación lingüística basada en los criterios de la sociedad moderna, que ha sido en alguna ocasión bautizada como hispanofonía>>.

Pero, si ahondamos aún más, nos encontramos con intereses políticos y económicos:

<<Esa afinidad cultural, sicológica y afectiva basada en la lengua común no es ni más ni menos que esa ideología lingüística a la que yo me refiero como hispanofonía. […] Es en este contexto, ante la fragilidad inherente a la hispanofonía, en el que los gobiernos españoles y los líderes empresariales movilizan estratégicamente las instituciones lingüísticas y culturales para asegurarse de que la presencia de los agentes económicos españoles en América Latina sea percibida no como la versión posmoderna de la vieja relación colonial sino como «natural» y «legítima»>>. (J. del Valle, 2007)[2]

Es decir, tras toda la palabrería con la que construyen los distintos mitos en los que se apoya el nacionalismo lingüístico, lo único que hay es interés económico y de control. Y, para alcanzar sus objetivos, no les importa que desaparezcan lenguas, que las personas vean dañada su autoestima al ser estigmatizadas por su forma de hablar, etc., etc. Hemos de entender esta ideología como un tentáculo más del modelo de producción actual, basado en la misma dinámica y que no tiene ningún reparo en destruir bosques, llevar a la extinción a multitud de especies, etc. con tal de seguir acumulando riqueza y, sobre todo, poder. Pero, al igual que la RAE (brazo del Estado español) disfraza sus intenciones sirviéndose de un lenguaje buenista, lo mismo hace el capitalismo, que, en su reformulación moderna, ahora finge ser verde, sostenible, inclusivo, para no perder su legitimación ante la gente y poder seguir haciendo de las suyas.



[1] Moreno Cabrera, Juan Carlos (2011). «“Unifica, limpia y fija.” La RAE y los mitos del nacionalismo lingüístico español», en S. Senz i M. Alberte: El dardo en la Academia, Barcelona: Melusina, vol. 1, pp. 157-314.

[2] Valle, J. del (2007). «La lengua, patria común: la hispanofonía y el nacionalismo panhispánico», en J. del Valle (ed.) (2007): La lengua, ¿patria común?, Madrid: Vervuert Iberoamericana, pp. 31-56.




jueves, 25 de junio de 2020

Vivimos una época de cambios. ¿Qué hacemos con las lenguas?

⁣La posibilidad de crear una sociedad más justa e igualitaria no es una utopía y debemos estar preparados para cuando hagamos llegar ese momento. ¿Qué podemos ir haciendo con las lenguas actualmente minorizadas? Esta es mi propuesta.

jueves, 21 de mayo de 2020

Cómo nos convencen los políticos

Resumen en vídeo: 



La fuente principal de este artículo es el libro Principios de comunicación persuasiva, de Javier de Santiago Guervós, y las citas donde no se señala el autor pertenecen al mismo. 
Voy a mencionar algunas conductas humanas universales en las que, tal vez, como me sucede a mí, no os veáis reflejados. Simplemente hay que tener en cuenta que se trata de una característica innata, pero que no tiene por qué determinar la actitud de todas las personas: está en nosotros, pero no nos controla necesariamente, y no a todos en la misma medida. Todo depende de la conciencia individual.


Comencé a profundizar en este asunto porque me preocupan los crecientes problemas que tienen cada vez más personas a la hora de interpretar un texto oral o escrito, especialmente si está sintetizado en una frase.

Y digo esto último porque lo que predomina es el juicio rápido: leemos un titular o un tuit y ya extraemos una serie de conclusiones sin pararnos a conocer con mayor (o con ninguna) profundidad el contexto.

Empecemos por ahí: por el contexto. ¿Recuerdas de tus clases de Lengua los factores de la comunicación?
Este esquema fue ampliado por Dan Sperber y Deirdre Wilson mediante la "Teoría de la Relevancia", que destaca la importancia del contexto en el intercambio comunicativo. El receptor no solo descodifica el mensaje, sino que, después de esto, se da el proceso inferencial.

Para Sperber y Wilson, por un lado están la codificación y descodificación y, por otro, también en el intercambio comunicativo se dan la ostensión y la inferencia. La información que se infiere no está codificada en el mensaje y es necesaria para "reconocer cuáles son las intenciones comunicativas del hablante" (Javier de Santiago Guervós: Principios de comunicación persuasiva).

El contexto "no se limita a la información sobre el entorno físico inmediato o a los enunciados inmediatamente precedentes", sino que está constituido también por la llamada información compartida o saber enciclopédico: "ideas innatas e ideas sociales que posee el ser humano como especie tras millones de años de evolución y miles de años de socialización".

Ahora bien, esta información compartida puede ser usada -y, de hecho, habitualmente es usada- como arma de manipulación, ya que no solemos ser del todo o nada conscientes de las estrategias persuasivas del emisor del mensaje. El libro que he analizado para compartir estas conclusiones (citado arriba) explica sobre todo cómo funcionan la comunicación política y la publicitaria, ya que son los sectores en los que que mayor esfuerzo se pone en convencernos.

Tienen un conocimiento de las conductas humanas universales, que se dan en nosotros de manera automática y, por lo tanto, inconsciente; así como de las ideas sociales compartidas por una comunidad, pero que difieren con las de otras comunidades. Por ejemplo, en Japón no está bien visto dejar propina, mientras que en Estados Unidos sucede lo contrario. Además de esto, se usan determinadas técnicas lingüísticas que veremos después.

El origen de las conductas humanas que vamos a explicar brevemente está en nuestra parte más irracional: son "comportamientos heredados tras millones de años de adaptación y que se reflejan, fundamentalmente, en las respuestas emocionales que tienen una importancia vital en la comunicación".

Lo primero que parece tenerse en cuenta en la comunicación persuasiva es que la emoción es anterior a la razón. El objeto de las campañas políticas y de los anuncios publicitarios es despertar determinadas emociones. En el caso de los partidos políticos, se recurre a consignas y eslóganes, y ni siquiera en el programa electoral podemos encontrar una exposición argumentada de las propuestas.

¿A qué emociones apelan? La base de todas ellas, la más primaria, es el miedo: "miedo a la soledad, al aislamiento, miedo a sentirnos vulnerables, miedo a ser depredados". Es un miedo compartido con el resto de los animales e inscrito en nuestros genes. Y este miedo nos lleva a buscar seguridad y a "dejarnos convencer". Es evidente que no somos conscientes de ello, sino que se produce en nuestro interior sin que nos demos cuenta y de forma irracional. Pero quien utiliza la comunicación persuasiva (yo me voy a centrar en el ámbito de la política) conoce muy bien estas reacciones inconscientes del ser humano.


Voy a enumerar algunos universales de la comunicación:
  • Esclavitud de la imagen: nos esforzamos en dar una determinada imagen en sociedad para parecer aceptables y no estar aislados. 
  • Teoría de la disonancia cognitiva: cuando nuestra imagen resulta dañada, se crea una disonancia que nos lleva a recomponerla para volver al equilibrio
  • Reciprocidad: cuando somos halagados, sentimos la necesidad de compensar ese halago.
  • Gregarismo: si hacemos todo lo anterior, si ponemos tanto empeño en formar parte del grupo, es porque nos da seguridad. Pensad en la imagen de arriba: un ser humano aislado corre mayor peligro. "En política (...) se sabe que hay a tendencia innata en el ser humano a adherirse a la corriente mayoritaria". 
  • Previsibilidad: buscamos lo previsible porque también nos aporta seguridad. Como señala el dicho: "mejor lo bueno conocido que lo malo por conocer".
  • Principio de economía cognitiva: entre varios pensamientos posibles, elegimos el que menor coste de procesamiento requiere.
  • Sumisión: "la sumisión no es más que una consecuencia de la inseguridad". Nos sometemos a una autoridad cuando "nos sentimos inseguros o ignorantes". La autoridad puede ser el orador (el político que adecua su imagen para mostrarse respetable), el canal (por ejemplo, una revista científica, simplemente por el hecho de serlo, se presenta como una autoridad y consideramos su contenido fiable), el contexto y el código (la belleza del mensaje, el uso de tecnicismos, que dan una falsa idea de veracidad, etc.).
¿Cómo se aplican estos principios en la política? 

En un intercambio comunicativo, las palabras solo aportan el 20% de lo que interpreta el receptor; por lo tanto, en la política, las palabras importan, sí, pero hay otros elementos igualmente importantes, como el color, la música, el contexto, la imagen... Todo ello, incluidas las palabras, busca provocar una emoción, no un razonamiento pausado y profundo.

¿Cómo lo hacen? No se dirigen al conjunto de la sociedad, sino a los llamados votos cautivos y al voto indeciso. Para ello, se utiliza "una imagen acorde con los ideales del receptor al que pretende convencer", tanto externa como ideológica. Pensad por ejemplo en Podemos, partido que se muestra como una posibilidad de cambio para personas de una opción ideológica concreta. Logró conquistar a quienes estaban relacionados o apoyaban el 15M. El aspecto de Pablo Iglesias no era casualidad, sino que se buscaba transmitir afinidad con la clase obrera, como si fuera un vecino del barrio más, alguien que lucha con "los de abajo" contra "los de arriba", la casta, el enemigo político. El pelo largo también se opone a los ideales de la derecha. Pero es solo un símbolo utilizado para persuadir.

Lo mismo sucede hoy con Santiago Abascal y otros miembros de Vox. Ofrecen una imagen seria, férrea, madura, pulcra; que coincide con los ideales que buscan transmitir.

"El cuidado de la imagen del personaje público es exquisito. Los asesores de imagen se esfuerzan por adecuar el aspecto externo a los ideales del auditorio".

En ambos casos, se apela, por una parte, a la autoimagen del votante, que se ve reflejado en sus líderes políticos. Esa autoimagen sirve para sentirse parte de algo (gregarismo), y someterse a la autoridad de su líder le aporta seguridad. La imagen política (además del mensaje, de que hablaré a continuación) da una idea de previsibilidad ("si me votas a mí, pasa esto; si votas a los otros, pasará algo malo": es el voto del miedo) y se logra recurriendo a la economía cognitiva: en plena campaña electoral, no hay matices. En las pasadas elecciones, se utilizó (hasta la saciedad) la idea de España, pero aunque es algo abstracto, casi nadie se para a preguntarse a qué se refieren realmente los políticos, qué esconde su idea de España. También responde al principio de economía cognitiva pensar que como Pablo Iglesias lleva coleta, es uno más de nosotros; o la premisa de Vox de que todos los que no siguen su línea ideológica, somos "enemigos de España".

¿Cuáles son sus recursos lingüísticos?

La selección léxica consiste en la utilización de palabras clave que despiertan emociones, fáciles de memorizar y que se van cargando de connotaciones. "Estas ya no son palabras, sino consignas (...) tan intensamente cargadas de emoción, que esta invalida por completo su sentido objetivo" (Felipe Mellizo). Ya hemos mencionado España, pero también se usan actualmente trifachito, comunista, unidad, chiringuito, inmigración, Cataluña, violencia, independentismo, cloacas, terrorismo... En el pasado teníamos casta, corrupción, Irak, Gal, felipismo...

No se usan las palabras para desarrollar un pensamiento razonado, sino para provocar una reacción: "si no nos votas a nosotros, nos gobernarán comunistas". Se menciona la palabra simplemente por cómo suena, no por su contenido. Comunismo provoca una emoción de miedo e inseguridad a un sector de la población. Muchos incluso la usan sin saber qué es realmente el comunismo. Los medios de comunicación, en manos de las élites, contribuyen a extender el miedo y los mensajes vacíos de contenido a través de los titulares. Hoy en día tenemos las redes sociales, donde mediante el uso de hashtags se potencia esta selección léxica, en un contexto en el que, en el caso de Twitter, el mensaje debe ser breve y estar muy sintetizado (economía cognitiva).

Se utiliza también esta técnica para crear una dicotomía entre buenos malos: se apropian de palabras que aluden a valores universales como justicia, libertad, democracia, eficacia, honradez..., mientras que se refieren al adversario político con palabras opuestas: "ineficacia, corrupción, desconfianza, guerra..."

Otros recursos son el uso de neologismos, tanto léxicos como semánticos, con el objetivo de resultar rimbombantes y otorgar presttigio al emisor, esto es, autoridad. Los neologismos léxicos son palabras creadas por derivación: alarmista, clientelismo, cuñadismo...; y en los neologismos semánticos, se mantiene el significante (la palabra), pero cambia el significado según el interés del partido en cuestión.

Se recurre a los tecnicismos con el mismo fin: "imprime una sensación de dominio en la materia de la que se trata, aporta esa pátina científica de seriedad que, a su vez, obstaculiza la recepción del mensaje y construye un mensaje críptico que, en ocasiones, oculta la verdad o la convierte en verdad a medias".

Más conocido es el uso de eufemismos, a través de los cuales desaparece o se minimiza lo negativo del término al que sustituyen, tratando de proporcionar seguridad.

Por último, Guervós menciona el duck-speak, término orwelliano que se refiere a decir sin decir, a dar muchas vueltas para acabar sin decir nada, algo que caracterizaba el lenguaje de Rajoy.

El autor cierra el apartado de la comunicación política con el siguiente párrafo: 
"Cuando un político emplea un tecnicismo, un neologismo, etc., lo hace con la intención del que emplea una técnica comunicativa cuyo fin último es conseguir el éxito en la adhesión a sus propuestas, plenamente consciente de la naturaleza cognitiva del receptor al que se dirige".

He tratado de sintetizar el contenido del libro para compartir lo más relevante del mismo, pero te recomiendo su lectura completa, porque la explicación es más clara y viene acompañada de variados ejemplos, además de una serie de ejercicios (con soluciones). Es muy breve y ameno, no llega a las cien páginas.

Ahora toca preguntarnos si he dado una respuesta con esto a la inquietud que me llevó a leer el libro: ¿cuál es la causa de los actuales problemas de inferencia, especialmente al leer titulares o textos breves en redes sociales? Yo he afirmado que me parecen crecientes, pero esa es mi percepción. Quizás siempre han existido.

Siendo sincera, reconozco que esto ha sido solo un comienzo: conocer los universales de la comunicación y dar una concreción a la idea conocida (yo creo) por todos de que los políticos nos manipulan (¿y entonces por qué les votamos?), me ha servido para introducirme en la cuestión, pero es solo una parte; no da una respuesta rotunda, si es que la hay. 

sábado, 18 de abril de 2020

Monomarental. ¿Tiene sentido?

Los políticos suelen ser protagonistas de polémicas relacionadas con la lengua. La más reciente tiene que ver con la palabra monomarental, que ha utilizado Irene Montero ayer mismo en su cuenta de Twitter.

Es innegable que el objetivo de tal uso -visibilizar a las familias formadas por una madre y sus hijos- es loable, pero vamos a analizar este neologismo desde el punto de vista de la lengua, después de una breve introducción.

El conocimiento de la lengua y del funcionamiento del lenguaje (diferencia entre lenguaje y lengua → http://www.hispanoteca.eu/Foro/ARCHIVO-Foro/Lenguaje-lengua-idioma-habla.htm) y la reflexión sobre ambos es muy necesaria para comprender mejor el mundo que nos rodea y para ordenar nuestros pensamientos.

Cuando observamos el uso que hacemos nosotros y que hacen los demás de la lengua, nos damos cuenta de que las palabras, las frases, la entonación, etc. contienen información adicional que nos indica el estado de ánimo de nuestro interlocutor, la intención evidente y la oculta detrás de las mismas y otros datos importantes. Y, desde luego, el empleo de ciertos términos en la política nunca es casual (recomiendo echarle un vistazo a esta reseña en la que resumo algunos recursos comunicativos propios -pero no exclusivos- de este ámbito).

Por otro lado, cabe señalar que no es la primera vez que alguien usa la palabra monomarental. Buscando en la red, he encontrado entradas publicadas, sobre todo, de 2014 en adelante, pero hay registros anteriores. Curiosamente, no todas las páginas que emplean el término son feministas, como cabría suponer, sino que aparece usada por sectores muy diversos, desde la inmobiliaria Idealista (¿quizás para dar una buena imagen y ganarse a los posibles clientes? → https://www.idealista.com/news/) hasta Cáritas (https://www.eldiario.es/soc).


Como decía al principio, el propósito del uso de monomarental es digno de admiración, pero más allá de mi opinión personal, voy a aportar un análisis lingüístico.

Una de las cualidades del lenguaje humano es la capacidad que tienen todas las lenguas para formar palabras nuevas a través de distintos procedimientos. Monomarental es un neologismo que toma como referencia el adjetivo monoparental, que contiene el prefijo de origen griego mono- y el adjetivo parental. El hablante que usa monomarental inconscientemente asocia marental a madre, pero, en realidad, parental viene del latín parentalis, derivado a su vez de parens, parentis, la palabra que pasa al castellano como pariente.

Veamos los significados castellano y latino:

Del castellano, nos interesan la primera y la sexta acepción que da el DLE:
1. adj. Dicho de una persona con respecto de otraQue tiene relación de parentesco con ellaU. m. c. s.6. m. pl. desus. padres (‖ padre y madre).
El significado que da el diccionario Gaffiot coincide con la sexta acepción del DLE:






Monoparental se refiere, entonces, a una familia formada por un solo "pariente", que puede ser la madre o el padre. De hecho, si seguimos profundizando en la estructura de la palabra latina, descubrimos que está relacionada con el verbo parir, tal como nos indica la página etimologias.dechile.net  (que recomiendo como complemento -aunque, por supuesto, no lo sustituye- al Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico de Joan Coromines y José Antonio Pascual). Podéis comprobarlo pinchando en el enlace.

¿Qué conclusión podemos sacar de este análisis? Creo que lo fundamental es que los hablantes, a veces, hacemos asociaciones entre raíces e incluso fonemas (/m/ y /p/ en este caso) y realidades concretas (género femenino y género masculino), que están alejadas de lo que nos muestran la morfología y la etimología.

¿Es esto malo? En mi opinión, no lo es en absoluto. La lengua está para usarla y, además, con la posibilidad de hacerlo de manera creativa. ¿Es correcto desde el punto de vista lingüístico? Tendríamos que abrir aquí un debate que nos ocuparía muchísimas líneas más, así que lo dejaré para otra ocasión. Pero haceos las siguientes preguntas, ¿qué es lo correcto?, ¿lo que dice la RAE?, ¿qué es la RAE?, ¿qué criterios sigue?, ¿hay otros criterios diferentes?, ¿y el hecho de que existan unas normas lingüísticas implica que debamos usarlas?, ¿por qué sí usarlas y por qué no hacerlo? 

lunes, 4 de noviembre de 2019

¿Las lenguas separan?

Una lengua es un sistema de comunicación, palabra que viene del latín communicatio, la cual comparte prefijo y raíz con communis 'común' (con- y munus). Es curioso que , sin embargo, cierto sector político nos diga que en España solo hay una lengua común y las otras, en cambio, no valen nada, no son útiles para la comunicación. Esta falacia va en contra de la propia definición de lengua. 

Precisamente representantes de esas ideas políticas a las que me refiero consiguieron impedir este martes que una consejera utilizara su lengua materna, el asturiano, en una comisión parlamentaria. Ahora bien, podríamos pensar que el hecho de usar varias lenguas en un mismo país sí que resulta un obstáculo para el entendimiento común, pero ¿es esto cierto?
En cuanto Piñán empezó a falar n'asturianu, la diputada del PP Gloria García pidió la palabra por una cuestión d'orde. Dixo que nun la entendía y pidió intérpretes. https://www.20minutos.es/noticia/3783995/0/xunta-xeneral-nun-dexa-berta-pinan-realizar-so-comparecencia-nasturianu/
Supuestamente, la diputada popular no entendía a Piñán, así que finalmente la consejera se ve obligada a hacer su intervención en castellano. Por lo que vemos, hay un obstáculo comunicativo, pero ¿dónde está realmente? ¿El obstáculo es la lengua materna de una persona, cuyo derecho a usarla está reconocido (Declaración universal de derechos lingüísticos)?

Existe un choque entre la libertad de Berta Piñán de hablar en asturiano, que no debería verse mermada y la necesidad de los presentes en la comisión de comprender el discurso. Pero hay una solución (o más de una) que habría resuelto el conflicto sin perjuicio de ninguna de las partes. Igual que  se utilizan intérpretes para los sordos, ¿por qué no usar herramientas similares para salvaguardar el derecho de las personas a usar su lengua en privado y en público? Vivimos en la era tecnológica, no creo que hablar distintas lenguas sea hoy un problema.

Por otro lado, el asturiano y el castellano son lenguas hermanas. La dificultad a la hora de entenderse hablantes de una y de otra lengua es mínima, y depende más de las circunstancias individuales que de la diferencia que exista entre ambas. En este caso, se trata de personas del mundo político, cuya cultura básica y manejo lingüístico se presupone. No es lo mismo saber hablar una lengua, que requiere mayor esfuerzo, que entenderla. Con las lenguas iberorromances no hay grandes obstáculos. Solo la comunicación con vascoparlantes podría resultar complicada, pero para eso podemos servirnos de la tecnología o de un intérprete.

La conclusión a la que quiero llegar es a que el obstáculo para que la comunicación sea efectiva no está en la diversidad lingüística, sino en la cerrazón, en poner nuestra energía en estigmatizar las lenguas minorizadas en lugar de hacer un mínimo esfuerzo por comprender al otro.

Finalizo este artículo con el ejemplo del sabir, que es una clara muestra de comunicación eficaz entre hablantes de distintas lenguas maternas. El sabir fue un pidgin surgido entre marinos y mercaderes del Mediterráneo que tenían la necesidad de comerciar, y por lo tanto necesitaban un código común.

Un pidgin es un término genérico que hace referencia a una forma de comunicación que se desarrolla naturalmente cuando personas con lenguas diferentes entran en contacto. Un pidgin combina ciertos elementos del vocabulario y estructuras de las lenguas nativas de los «hablantes» dando lugar a una lengua de contacto cuya gramática, aunque diferente a la de las lenguas de origen, mantiene ciertas características de las mismas.  http://hispanoteca.eu/Linguistik/pa/PIDGIN%20SPRACHE%20Pidgin.htm

La diferencia entre un pidgin y la diglosia es que el primero se da de manera natural y la segunda es una situación en la que, por cuestiones políticas y sociales (la idea de una lengua, un Estado, por ejemplo), hay una lengua prestigiosa frente a otras estigmatizadas. La afirmación, por tanto, de que el español es la lengua común de todos los españoles es falaz y responde simplemente al nacionalismo lingüístico del que he hablado en otras ocasiones.

Como se suele decir, dos no se entienden si uno no quiere.
En cuanto Piñán empezó a falar n'asturianu, la diputada del PP Gloria García pidió la palabra por una cuestión d'orde. Dixo que nun la entendía y pidió intérpretes.

Ver más en: https://www.20minutos.es/noticia/3783995/0/xunta-xeneral-nun-dexa-berta-pinan-realizar-so-comparecencia-nasturian
la diputada del PP Gloria García pidió la palabra por una cuestión d'orde. Dixo que nun la entendía y pidió intérpretes.

Ver más en: https://www.20minutos.es/noticia/3783995/0/xunta-xeneral-nun-dexa-berta-pinan-realizar-so-comparecencia-nasturianu/
la diputada del PP Gloria García pidió la palabra por una cuestión d'orde. Dixo que nun la entendía y pidió intérpretes.

Ver más en: https://www.20minutos.es/noticia/3783995/0/xunta-xeneral-nun-dexa-berta-pinan-realizar-so-comparecencia-nasturianu/
En cuanto Piñán empezó a falar n'asturianu, la diputada del PP Gloria García pidió la palabra por una cuestión d'orde. Dixo que nun la entendía y pidió intérpretes.

Ver más en: https://www.20minutos.es/noticia/3783995/0/xunta-xeneral-nun-dexa-berta-pinan-realizar-so-comparecencia-nasturianu/

sábado, 2 de noviembre de 2019

Supremacismo lingüístico y Vox

Uno de los mitos principales que debemos dejar de tomar como norma es la creencia extendida de que hay lenguas que son mejores que otras, pues ni son mejores intrínsecamente ni son más eficaces para la comunicación, sino que cada lengua resulta eficaz para su comunidad de hablantes.
El concepto de prestigio de una lengua o variedad está relacionado con el poder, ya que son las clases poderosas las que determinan que una forma de hablar esté mejor vista y otra esté estigmatizada.
Además, cuanto más centralizado está el poder, más se busca imponer la lengua nacional sobre las otras lenguas con las que comparte territorio.
Esto ya sucedió en Francia en el siglo XVIII con la Revolución Francesa: se discriminaron las distintas hablas con el calificativo de patois y se vendió la idea de "una Francia una e indivisible: una nación, una ley y una lengua"  (http://filosofia.org/rev/bas/bas20103.htm).
Es una idea muy parecida a la que trata de vendernos VOX. Pero somos cada uno de nosotros quienes debemos reflexionar sobre el significado de España.