En este vídeo te explico cuándo se funda la Real Academia Española y con qué propósito y, como colofón, desmonto algunos mitos sobre esta institución muy extendidos.
lunes, 28 de diciembre de 2020
jueves, 17 de diciembre de 2020
Cómo manipulan al individuo (mecanismos de evasión)
lunes, 2 de noviembre de 2020
Claves para desarrollar el pensamiento crítico
Hoy os traigo algunas claves fundamentales para el desarrollo del pensamiento crítico. En primer lugar, tenemos que hablar del lenguaje, un componente esencial en la adquisición de conocimientos.
El lenguaje: una de las funciones superiores del cerebro
El lenguaje es una de las funciones superiores del cerebro. Aunque la información que voy a compartir ahora la podéis encontrar en distintos libros y documentos, yo estoy utilizando en concreto un pdf elaborado por el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Universidad Nacional Autónoma de México. En la página 20 nos habla de las funciones superiores:
Además, el manual de Lingüística coordinado por M. Victoria Escandell (El lenguaje humano) explica que: “El lenguaje se asocia a una capacidad de abstracción que permitió desligar la comunicación de la pura mímesis y del entorno inmediato; y permitió, igualmente, recuperar, transmitir y estructurar el conocimiento”.
El conocimiento de la realidad
Como estamos viendo, el lenguaje es imprescindible para
conocer la realidad. Y nuestro conocimiento de la realidad va a determinar cómo
nos relacionamos con ella. Cuanto mayor y más exacto sea ese conocimiento,
mejor podremos gestionar nuestra vida.
Cuando leemos o
escuchamos una palabra, es imprescindible que conozcamos a fondo su
significado, pero no solo el literal. Porque por un lado está ese significado
denotativo o literal y, por otro, todas las connotaciones que se asocian a esa
palabra.
Ejemplo: rojo
- Significado denotativo: color
- Significado connotativo: adjetivo que se empezó a usar para referirse a todo miembro perteneciente al bando republicano durante la guerra civil española y que, en determinados contextos, está cargado de un matiz despectivo, ya que se utilizó y se sigue utilizando para insultar a personas que tienen determinadas ideas.
Cuando no se tiene un conocimiento cultural o histórico, no se puede llegar a ese significado connotativo, con lo cual, la información es insuficiente.
Entonces, ¿qué necesitamos para interpretar correctamente un mensaje?
1. Conocer con la mayor exactitud posible el significado denotativo de las palabras: es una buena práctica recurrir al diccionario de vez en cuando. Además, ahora ya lo tenemos en formato de aplicación para el teléfono móvil. Para ampliar el vocabulario, también es imprescindible tener un hábito lector.
2. Conocer, asimismo, el significado connotativo: hay que tener un conocimiento de la cultura en la que se vive, de la Historia... Es el conocimiento enciclopédico o lo que llamamos cultura general. Este conocimiento enciclopédico se va adquiriendo a lo largo de toda la vida: “nunca te acostarás sin saber algo nuevo”.
3. Pero no solo hay que conocer el significado de las palabras. También es imprescindible tener en cuenta cuál es la relación que tienen las palabras entre sí, esto es, la sintaxis. Por ejemplo, el nexo “y” establece una relación de suma entre los elementos que une; el nexo “o”, de opción entre varias posibilidades; el nexo “pero”, de contraposición; etc. Entre las oraciones, puede haber coordinación o subordinación, etc. Por eso es imprescindible manejar la sintaxis, así como la gramática en general. Cuanto más profundo sea nuestro conocimiento de la lengua, más certera será la interpretación que hagamos de un mensaje.
4. Por otro lado, es muy importante saber interpretar correctamente la intención del hablante, esto es, el proceso inferencial. Y en este proceso es tan importante el lenguaje oral como el gestual, y todo el contexto en el que se está emitiendo el mensaje. Cuando hablamos de intención del hablante, no nos referimos a la intención de la persona. Me explico: imagina que estás siendo víctima de un estafador. Esta persona que desea engañarte pondrá todos sus esfuerzos en hacerte creer que dice la verdad y que es una persona de confianza. Para ello, utilizará determinados recursos (gestuales, lingüísticos, etc.). A esto se le llama ostensión:
Por tanto, la intención comunicativa del hablante, de este hipotético estafador, es la de generar confianza. Una persona perspicaz y experimentada verá, por un lado, esa ostensión a través del proceso inferencial (qué me quiere comunicar el emisor), y, por otro lado, verá indicios que le lleven a sospechar de la voluntad del emisor de engañarle. Pero el estafador intentará que ese engaño no se pueda inferir de sus palabras y gestos.
Pongamos otro ejemplo en el que no está presente la voluntad de engaño: una pareja, vamos a llamarles Luisa y Juan, va a ir al cine. La película empieza a las siete, son las siete menos diez y Juan no ha terminado de prepararse. Luisa entonces le dice “son menos diez”, seguramente con una expresión ligeramente enfadada y señalando con su dedo índice su muñeca. La ostensión es clara. De sus palabras y sus gestos se extrae su intención comunicativa, que en este caso es exhortativa: la de que Juan se dé prisa para que lleguen a ver la película a tiempo.
En este caso, no hay dobles intenciones.
Como estamos viendo, la comprensión de la realidad se
distribuye en distintos niveles.
<<los niños (...)
comienzan usando la palabra "babau" para un perrito determinado,
aunque sea de peluche, y poco a poco la van aplicando a más objetos y animales
hasta que alcanza nuestra categoría "perro" >>. (¿Qué son
las lenguas?, Enrique Bernárdez)
El lenguaje va de lo sencillo
a lo complejo y esa complejidad se va alcanzando a lo largo de nuestra vida. En
ese proceso, vamos estableciendo relaciones semánticas que nos sirven para
estructurar el conocimiento.
Los universales de la comunicación
En el artículo Cómo nos convencen los políticos expliqué cuáles son los universales de la comunicación y cómo se utilizan desde la política, la publicidad y los medios de comunicación que sirven a los intereses de los políticos, para manipularnos. Hagamos un repaso:
· Esclavitud de la imagen
· Teoría de la disonancia cognitiva
· Reciprocidad
· Gregarismo
· Previsibilidad
· Principio de economía cognitiva
· Sumisión
Aunque todas ellas son
importantes para el tema que estamos tratando, vamos a centrarnos en la
disonancia cognitiva.
La disonancia cognitiva es el
“malestar psicológico o tensión interna que percibimos cuando una creencia
personal se ve cuestionada por una nueva información incompatible o
contradictoria”. (https://www.psicoadapta.es/blog/que-es-la-disonancia-cognitiva/)
Para resolver esta tensión,
podemos hacer dos cosas: descartar la nueva información etiquetándola como
ridícula, pseudocientífica, etc., sin llegar a comprobar si es cierta o no, o
comprobar su veracidad y, si es necesario, hacer un reajuste en nuestras
creencias.
La reacción más cómoda es la
primera, pero para desarrollar el pensamiento crítico es imprescindible llevar
a cabo la segunda opción: examinar la nueva información recibida y comprobar su
veracidad. Este no es un proceso sencillo, ya que vivimos en un mundo que es
una red de mentiras y de medias verdades. Los pasos que debemos seguir en esta
parte de nuestra búsqueda dependerán del contexto concreto. Por ejemplo, si
escuchamos una afirmación científica, tendremos que comprobar quién la hace, si
tiene intereses, si para llegar a esa conclusión se ha seguido el método científico,
etc. Y cuidado aquí, ya que en múltiples ocasiones el poder recurre a
científicos para dar a una afirmación
una pátina de autoridad (la sumisión es uno de los universales de la
comunicación) y, basándose en ella, poder ejecutar leyes o medidas con las que
restringen nuestros derechos fundamentales. Por lo tanto, un título científico
o una revista de renombre no son indicativos de que una afirmación sea
científica. Lo único que pueda dar veracidad a una teoría o hipótesis es la
propia naturaleza del estudio por el que se llega a esa teoría o hipótesis: si
el investigador ha seguido o no el método científico. No todos los resultados
de investigaciones son publicados en revistas de renombre.
Con las afirmaciones de
carácter histórico sucede algo similar. Hay algunos historiadores interesados
en dar una visión sesgada de determinados acontecimientos del pasado, así que
es imprescindible distinguir entre un artículo o libro histórico de otro que no
lo es. En el primer caso, encontrarás constantes referencias que se pueden
consultar y comprobar. En el segundo, puedes encontrar o bien solo elucubraciones
sin ninguna referencia o un discurso manipulado en el que sí se te ofrecen fuentes,
pero solo aquellas que sirven para reforzar las ideas que se quieren difundir,
mientras que se te ocultan deliberadamente aquellas que refutan lo que se dice.
La mala noticia es que aunque
vayamos con pies de plomo, podemos equivocarnos alguna vez y, diciéndolo de
manera coloquial, nos la pueden colar sin que nos demos cuenta. Por eso es muy
importante estar siempre dispuesto a revisar aquello que creemos verídico sin,
por ello, dejar de tener los pies en la tierra.
Conclusión
Mantener un espíritu crítico
es relativamente sencillo. Alcanzar la verdad (o las verdades) no lo es, pero
eso no nos exime de renunciar a ella. El desarrollo del pensamiento crítico es
un proceso que dura toda la vida y que comienza en la infancia, cuando
empezamos a descubrir el mundo que nos rodea y a organizar la realidad a través
del lenguaje. Por lo tanto, una de las claves de este proceso es estimular esta
función superior del cerebro, llegar, poco a poco, desde una comprensión
literal de los mensajes que recibimos hasta una comprensión mucho más profunda,
teniendo en cuenta tanto el significado denotativo como el connotativo. Pero,
además, hemos de analizar la intención del hablante, tanto la comunicativa como
la personal y aprender a descubrir las dobles intenciones.
Necesitamos asimismo un
conocimiento cada vez mayor del contexto, de la realidad histórica, social...,
tener una cultura general que nos permita interpretar correctamente los
mensajes recibidos, tanto de manera oral como escrita (un tuit, un cartel publicitario,
una publicación escrita o audiovisual en facebook, etc. también son mensajes).
Otra clave del proceso es la del autoconocimiento, la de identificar nuestras conductas humanas universales (esclavitud de la imagen, teoría de la disonancia cognitiva, reciprocidad, gregarismo, previsibilidad, principio de economía cognitiva y sumisión) y observar si nos están impidiendo de algún modo llegar a un conocimiento más profundo de la realidad. Pero lo más fundamental es la práctica, pues así es como verdaderamente se aprende.
lunes, 19 de octubre de 2020
domingo, 9 de agosto de 2020
Sí existe literatura leonesa
Uno de los argumentos que se suelen utilizar para desprestigiar lenguas minorizadas como el leonés o el aragonés es que no tienen literatura, al contrario que la superior, según ellos, lengua castellana. En primer lugar, debemos decir que, aunque fuese cierto, la ausencia de literatura escrita en una lengua no significa que esa lengua no exista o que sea un invento moderno (otro de los mitos sobre el leonés, aragonés, euskera, etc.). Los filólogos y otros estudiosos de la lengua y la cultura sabemos que la literatura oral es tan importante como la escrita, y la idea de inferioridad se basa en una actitud supremacista hacia culturas diferentes a la predominante en Occidente. Por ejemplo, las personas que comparten tal mentalidad son incapaces de aceptar que las lenguas khoisan tienen un sistema fonológico tan complejo como el del castellano, el alemán o el inglés, ya que cada uno de los chasquidos o clics se pronuncian de manera diferente y se pueden representar en AFI:
· Clics dentales, AFI: [ǀ]
· Clics laterales, AFI: [ǁ]
· Clics bilabiales, AFI: [ʘ]
· Clics alveolares, AFI: [ǃ]
· Clics palatales, AFI: [ǂ]
En segundo lugar, estas personas desconocen que las primeras
manifestaciones escritas en romance castellano no son literarias, sino
notariales, pues en la Alta Edad Media la lengua de cultura era el latín (no
por razones lingüísticas, como ya sabemos, sino porque la consideración de las
lenguas vulgares fue un proceso que necesitó su tiempo).
La documentación notarial medieval es abundante, tanto en
castellano como en las otras lenguas peninsulares, incluido el leonés, y ha
sido ampliamente estudiada por las distintas generaciones de filólogos desde
Menéndez Pidal hasta nuestros días.
¿De cuándo datan los primeros testimonios literarios de la
Península Ibérica escritos en romance? Las jarchas, del siglo XI, serían las
más tempranas manifestaciones en nuestro territorio. Se trataba de versos en
romance mozárabe, extraídos de la lírica popular e insertados en las moaxajas
por poetas cultos árabes y hebreos.
La lírica gallegoportuguesa, tan prestigiosa en su momento, vive
su época de máximo esplendor en los siglos XIII y XIV, sin embargo, era
primordialmente cantada y solo se empieza a recoger con regularidad en
cancioneros a partir del XIV, aunque existen algunos manuscritos
anteriores. Es probable que las cantigas
de amigo compartan con las jarchas y con otro tipo de composiciones líricas
europeas similares un sustrato común y se remontarían a una época bastante
antigua.
En cuanto al aragonés, uno de los primeros documentos
escritos es la crónica Liber Regum,
redactada seguramente entre 1194 y 1211 y que “[s]e considera el primer texto
histórico de extensión considerable escrito en una lengua peninsular”[1].
Otro texto aragonés de notable importancia es el poema juglaresco Razón Feita d’Amor, de comienzos del
siglo XIII (h. 1205).
Algo anterior es uno de los primeros testimonios literarios
en lengua catalana, las Homilies d’Organyà,
texto de carácter religioso compuesto a finales del siglo XII y descubierto a
comienzos del XX en la iglesia de Santa Maria d’Organyà. Otra figura importante
de la literatura en catalán que dejó su obra por escrito es Ramon Llull, del
siglo XIII.
También encontramos literatura escrita en castellano en la Edad Media. Una de las manifestaciones más antiguas es el Cantar de Mio Cid. Si bien no tenemos clara la fecha de composición, la única copia conservada data, en opinión de algunos autores, de 1307, pues restituyen una C borrada en el manuscrito, firmado por Per Abbat en mill e CC XLV (era hispánica). En el caso de que esta teoría no sea correcta, el manuscrito habría sido elaborado en 1207. Pero esto no significa que no existiese una tradición épica anterior, solo que era de carácter oral, tanto en el caso castellano como, en general, en los cantares de gesta europeos, que eran cantados por los juglares.
La lengua leonesa abunda sobre todo en documentos notariales
y en literatura de tradición oral, que, como hemos apuntado, es tan relevante
como la escrita. En
este artículo os expliqué que el leonés se va dejando de usar por escrito a
partir del siglo XV, debido al prestigio otorgado al castellano, la lengua del
centro de poder. Recordemos que la unión definitiva de los reinos de León y
Castilla bajo la Corona de Castilla tiene lugar en 1230 y, aunque se sigue
conservando el derecho y las costumbres particulares de cada reino, el
castellano se impone como lengua de prestigio y la lengua leonesa perdurará en
la literatura del XVI como mero elemento de folclore, como nos muestran las
piezas teatrales de Juan del Enzina, Lucas Fernández…, que usarán el denominado
sayagués para caracterizar a sus personajes rústicos.
No obstante, nos encontramos con obras fundamentales de la
literatura hispánica[2]
que son probablemente leonesas o, al menos, contienen leonesismos. Con respecto
al Libro de Alexandre, no existe
unanimidad sobre la lengua en la que está escrito. Menéndez Pidal y otros
autores optan por la hipótesis de que fuese escrito originalmente en leonés,
mientras que Joan Coromines, entre otros filólogos, cree que un copista leonés
habría añadido los rasgos de su lengua a un original castellano.
El poema titulado Debate
de Elena y María, conservado en un único manuscrito de enorme valor y
compuesto en el siglo XIII, para Pidal, está escrito en leonés, aunque tiene
presencia de elementos castellanos y gallegoportugueses.
El mismo autor considera otra obra relevante, el Poema de Alfonso Onceno, “una de las
últimas obras de la literatura leonesa”. Escrito por Rodrigo Yáñez en 1348, se
trata de una crónica en verso del rey Alfonso XI, bisnieto de Alfonso X “el
Sabio”.
Ya he mencionado que la tradición oral es de tanta
importancia como la literatura escrita. El origen de la lírica, la épica y el
teatro no es escrito, aunque después se plasme en manuscritos e impresos. Uno
de los géneros de gran riqueza de la literatura hispánica es el de los romances,
predominantemente recitados de manera oral, si bien acabó surgiendo un interés
por conservarlos por escrito. Este género se ha desarrollado especialmente en
las culturas castellana, sefardí y leonesa, como pone de manifiesto para esta
última la antología
de David Álvarez Cárcamo.
Una de las causas de que se hayan conservado las
composiciones orales leonesas a lo largo de los siglos es la costumbre del filandón,
una reunión que tiene lugar por las noches y en la que se cuentan cuentos y
leyendas, romances, etc. alrededor de un fuego mientras los vecinos y vecinas
realizan tareas artesanales. El filandón perdura hasta nuestros días y ha sido
declarado Bien de Interés Cultural por las Cortes de Castilla y León.
Con toda esta información, hemos demostrado que la creencia
de que una comunidad que no pone por escrito su literatura no es inferior a
aquellas que sí lo hacen. De hecho, existen lenguas ágrafas y no por ello son
inferiores a las culturas que tienen escritura. Pero es que es mentira, como he
leído estos días y como se suele argumentar erróneamente cada vez que se toma
cualquier medida a favor de las lenguas minorizadas, que no exista literatura
leonesa escrita. Y lo mismo se puede aplicar a la aragonesa. Estas lenguas
corren especial peligro en nuestros días debido al nacionalismo lingüístico
español, a la globalización, al abandono del mundo rural, etc. Sin embargo,
existe entre las generaciones jóvenes un interés en recuperar la lengua y la
tradición de sus padres y abuelos. Desde el ámbito político, quizás no se hace
lo suficiente por estas lenguas, ya que, como digo, cada medida se recibe por
ciertos sectores con desaprobación y agresividad verbal basada en falsas
creencias. Por eso es fundamental ofrecer datos y argumentos sólidos que
contribuyan a ofrecer una consideración social positiva de estas lenguas.
[1]
Gran Enciclopedia Aragonesa: http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=7956&voz_id_origen=59
[2] Utilizo
aquí la primera acepción del DLE: “Perteneciente o relativo a la antigua
Hispania o a los pueblos que formaron parte de ella”, lo que engloba las
distintas lenguas peninsulares y no hace referencia solo al castellano.
miércoles, 29 de julio de 2020
El bilingüismo
jueves, 25 de junio de 2020
Vivimos una época de cambios. ¿Qué hacemos con las lenguas?
martes, 16 de junio de 2020
"Bajuno" y la falsa etimología
*Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, Joan Coromines y José Antonio Pascual.
sábado, 13 de junio de 2020
El género gramatical
- Por moción: chico / chica
- Moción con derivación: alcalde / alcaldesa
- Por heteronimia: caballo / yegua
- Nomina communia: el periodista / la periodista
- Epicenos: la rana macho / la rana hembra
- Unigéneres: el tejado, la mesa
- Bigéneres: el barco / la barca
- Ambiguos: el / la mar
jueves, 21 de mayo de 2020
¿Hace Internet que comprendamos peor lo que leemos?
<<El uso del lenguaje en la red, además de exigir destrezas y conocimientos nuevos, también presupone los básicos o previos, de manera que el ED supone una extensión o un desarrollo del concepto de escritura o alfabetización>>.
Cómo nos convencen los políticos
La fuente principal de este artículo es el libro Principios de comunicación persuasiva, de Javier de Santiago Guervós, y las citas donde no se señala el autor pertenecen al mismo.
Comencé a profundizar en este asunto porque me preocupan los crecientes problemas que tienen cada vez más personas a la hora de interpretar un texto oral o escrito, especialmente si está sintetizado en una frase.
Tienen un conocimiento de las conductas humanas universales, que se dan en nosotros de manera automática y, por lo tanto, inconsciente; así como de las ideas sociales compartidas por una comunidad, pero que difieren con las de otras comunidades. Por ejemplo, en Japón no está bien visto dejar propina, mientras que en Estados Unidos sucede lo contrario. Además de esto, se usan determinadas técnicas lingüísticas que veremos después.
El origen de las conductas humanas que vamos a explicar brevemente está en nuestra parte más irracional: son "comportamientos heredados tras millones de años de adaptación y que se reflejan, fundamentalmente, en las respuestas emocionales que tienen una importancia vital en la comunicación".
Lo primero que parece tenerse en cuenta en la comunicación persuasiva es que la emoción es anterior a la razón. El objeto de las campañas políticas y de los anuncios publicitarios es despertar determinadas emociones. En el caso de los partidos políticos, se recurre a consignas y eslóganes, y ni siquiera en el programa electoral podemos encontrar una exposición argumentada de las propuestas.
¿A qué emociones apelan? La base de todas ellas, la más primaria, es el miedo: "miedo a la soledad, al aislamiento, miedo a sentirnos vulnerables, miedo a ser depredados". Es un miedo compartido con el resto de los animales e inscrito en nuestros genes. Y este miedo nos lleva a buscar seguridad y a "dejarnos convencer". Es evidente que no somos conscientes de ello, sino que se produce en nuestro interior sin que nos demos cuenta y de forma irracional. Pero quien utiliza la comunicación persuasiva (yo me voy a centrar en el ámbito de la política) conoce muy bien estas reacciones inconscientes del ser humano.
Voy a enumerar algunos universales de la comunicación:
- Esclavitud de la imagen: nos esforzamos en dar una determinada imagen en sociedad para parecer aceptables y no estar aislados.
- Teoría de la disonancia cognitiva: cuando nuestra imagen resulta dañada, se crea una disonancia que nos lleva a recomponerla para volver al equilibrio
- Reciprocidad: cuando somos halagados, sentimos la necesidad de compensar ese halago.
- Gregarismo: si hacemos todo lo anterior, si ponemos tanto empeño en formar parte del grupo, es porque nos da seguridad. Pensad en la imagen de arriba: un ser humano aislado corre mayor peligro. "En política (...) se sabe que hay a tendencia innata en el ser humano a adherirse a la corriente mayoritaria".
- Previsibilidad: buscamos lo previsible porque también nos aporta seguridad. Como señala el dicho: "mejor lo bueno conocido que lo malo por conocer".
- Principio de economía cognitiva: entre varios pensamientos posibles, elegimos el que menor coste de procesamiento requiere.
- Sumisión: "la sumisión no es más que una consecuencia de la inseguridad". Nos sometemos a una autoridad cuando "nos sentimos inseguros o ignorantes". La autoridad puede ser el orador (el político que adecua su imagen para mostrarse respetable), el canal (por ejemplo, una revista científica, simplemente por el hecho de serlo, se presenta como una autoridad y consideramos su contenido fiable), el contexto y el código (la belleza del mensaje, el uso de tecnicismos, que dan una falsa idea de veracidad, etc.).
En un intercambio comunicativo, las palabras solo aportan el 20% de lo que interpreta el receptor; por lo tanto, en la política, las palabras importan, sí, pero hay otros elementos igualmente importantes, como el color, la música, el contexto, la imagen... Todo ello, incluidas las palabras, busca provocar una emoción, no un razonamiento pausado y profundo.
¿Cómo lo hacen? No se dirigen al conjunto de la sociedad, sino a los llamados votos cautivos y al voto indeciso. Para ello, se utiliza "una imagen acorde con los ideales del receptor al que pretende convencer", tanto externa como ideológica. Pensad por ejemplo en Podemos, partido que se muestra como una posibilidad de cambio para personas de una opción ideológica concreta. Logró conquistar a quienes estaban relacionados o apoyaban el 15M. El aspecto de Pablo Iglesias no era casualidad, sino que se buscaba transmitir afinidad con la clase obrera, como si fuera un vecino del barrio más, alguien que lucha con "los de abajo" contra "los de arriba", la casta, el enemigo político. El pelo largo también se opone a los ideales de la derecha. Pero es solo un símbolo utilizado para persuadir.
Lo mismo sucede hoy con Santiago Abascal y otros miembros de Vox. Ofrecen una imagen seria, férrea, madura, pulcra; que coincide con los ideales que buscan transmitir.
"El cuidado de la imagen del personaje público es exquisito. Los asesores de imagen se esfuerzan por adecuar el aspecto externo a los ideales del auditorio".
En ambos casos, se apela, por una parte, a la autoimagen del votante, que se ve reflejado en sus líderes políticos. Esa autoimagen sirve para sentirse parte de algo (gregarismo), y someterse a la autoridad de su líder le aporta seguridad. La imagen política (además del mensaje, de que hablaré a continuación) da una idea de previsibilidad ("si me votas a mí, pasa esto; si votas a los otros, pasará algo malo": es el voto del miedo) y se logra recurriendo a la economía cognitiva: en plena campaña electoral, no hay matices. En las pasadas elecciones, se utilizó (hasta la saciedad) la idea de España, pero aunque es algo abstracto, casi nadie se para a preguntarse a qué se refieren realmente los políticos, qué esconde su idea de España. También responde al principio de economía cognitiva pensar que como Pablo Iglesias lleva coleta, es uno más de nosotros; o la premisa de Vox de que todos los que no siguen su línea ideológica, somos "enemigos de España".
¿Cuáles son sus recursos lingüísticos?
La selección léxica consiste en la utilización de palabras clave que despiertan emociones, fáciles de memorizar y que se van cargando de connotaciones. "Estas ya no son palabras, sino consignas (...) tan intensamente cargadas de emoción, que esta invalida por completo su sentido objetivo" (Felipe Mellizo). Ya hemos mencionado España, pero también se usan actualmente trifachito, comunista, unidad, chiringuito, inmigración, Cataluña, violencia, independentismo, cloacas, terrorismo... En el pasado teníamos casta, corrupción, Irak, Gal, felipismo...
No se usan las palabras para desarrollar un pensamiento razonado, sino para provocar una reacción: "si no nos votas a nosotros, nos gobernarán comunistas". Se menciona la palabra simplemente por cómo suena, no por su contenido. Comunismo provoca una emoción de miedo e inseguridad a un sector de la población. Muchos incluso la usan sin saber qué es realmente el comunismo. Los medios de comunicación, en manos de las élites, contribuyen a extender el miedo y los mensajes vacíos de contenido a través de los titulares. Hoy en día tenemos las redes sociales, donde mediante el uso de hashtags se potencia esta selección léxica, en un contexto en el que, en el caso de Twitter, el mensaje debe ser breve y estar muy sintetizado (economía cognitiva).
Se utiliza también esta técnica para crear una dicotomía entre buenos y malos: se apropian de palabras que aluden a valores universales como justicia, libertad, democracia, eficacia, honradez..., mientras que se refieren al adversario político con palabras opuestas: "ineficacia, corrupción, desconfianza, guerra..."
Otros recursos son el uso de neologismos, tanto léxicos como semánticos, con el objetivo de resultar rimbombantes y otorgar presttigio al emisor, esto es, autoridad. Los neologismos léxicos son palabras creadas por derivación: alarmista, clientelismo, cuñadismo...; y en los neologismos semánticos, se mantiene el significante (la palabra), pero cambia el significado según el interés del partido en cuestión.
Se recurre a los tecnicismos con el mismo fin: "imprime una sensación de dominio en la materia de la que se trata, aporta esa pátina científica de seriedad que, a su vez, obstaculiza la recepción del mensaje y construye un mensaje críptico que, en ocasiones, oculta la verdad o la convierte en verdad a medias".
Más conocido es el uso de eufemismos, a través de los cuales desaparece o se minimiza lo negativo del término al que sustituyen, tratando de proporcionar seguridad.
Por último, Guervós menciona el duck-speak, término orwelliano que se refiere a decir sin decir, a dar muchas vueltas para acabar sin decir nada, algo que caracterizaba el lenguaje de Rajoy.
El autor cierra el apartado de la comunicación política con el siguiente párrafo:
"Cuando un político emplea un tecnicismo, un neologismo, etc., lo hace con la intención del que emplea una técnica comunicativa cuyo fin último es conseguir el éxito en la adhesión a sus propuestas, plenamente consciente de la naturaleza cognitiva del receptor al que se dirige".
He tratado de sintetizar el contenido del libro para compartir lo más relevante del mismo, pero te recomiendo su lectura completa, porque la explicación es más clara y viene acompañada de variados ejemplos, además de una serie de ejercicios (con soluciones). Es muy breve y ameno, no llega a las cien páginas.
Ahora toca preguntarnos si he dado una respuesta con esto a la inquietud que me llevó a leer el libro: ¿cuál es la causa de los actuales problemas de inferencia, especialmente al leer titulares o textos breves en redes sociales? Yo he afirmado que me parecen crecientes, pero esa es mi percepción. Quizás siempre han existido.
Siendo sincera, reconozco que esto ha sido solo un comienzo: conocer los universales de la comunicación y dar una concreción a la idea conocida (yo creo) por todos de que los políticos nos manipulan (¿y entonces por qué les votamos?), me ha servido para introducirme en la cuestión, pero es solo una parte; no da una respuesta rotunda, si es que la hay.